• 20/05/2024 17:03

Reflexiones entre equívocas y univocas: Resistencia (por Juan Oviedo)

Una amiga que trabaja en un supermercado, al verla -me acerco- y le pregunto si eso –lo del remarcar- lo hace todos los días y a lo que me dice que “sí”, e inmediatamente preguntarme por ¿qué pasa con el peronismo?
Un “nuevo” célebre mediático de extracción kirchnerista-peronista en su programa televisivo dijo, que -la “resistencia”- siempre fue de ellos, pero no aclaro que ese “resistir” fue por dejar de -ser- gobierno, entonces, tal resistir es una “triste” victoria a lo Pirro.
Si se valora el resistir como “medida” de conciencia política y ese resistir, es ¡cíclico!, entonces, podemos señalar una autocrítica inexistente por parte de ese movimiento político, ante lo cíclico que significa -victoria, derrota, resistencia-.
Mientras, más se sumen los ciclos de resistencia, más también los de la derrota, pero ¿por qué no enfatizamos el de las victorias?, porque desde el instalado periodo democrático en el 83 y hasta la fecha de hoy, -han pasado 41 años-, donde ellos hubieron de presidir el país durante ¡28 años!, y tales victorias los naturalizó como gobierno.
Pero, si nos dejamos llevar por el ideario que configuran las banderas de ese kirchnerismoperonismo, si nos centramos en una de ellas, por ejemplo, el de la “igualdad”, los pendulares picos de -pobreza, desocupación, marginalidad- nos señalen que tal igualdad es parte de un “relato”, antes que una realidad.
Sin embargo, la cuestión de fondo es lo que “ellos” con sus desaciertos y fracasos, en 28 años de gobierno hubieron de posicionar, la renovación de una credulidad y bases de los triunfos electorales de ¡Macri y Milei!, pero y esto ¿qué significa?, una ruptura en los últimos 9 años de los emisarios del relato “peronista- kirchnerista”, y su “lógica” por instalar una realidad dulce, distinta y fabulosa ante la amargura, diaria y concreta. Con Fernández, alcanzo, pero con Massa ¡no! Hoy deambula un sentido nuevo -que no es relato-, por devenir del fracaso estructural instalado en el país, un sentido que “no” ¡aporta soluciones!, consciente de una representación ensimismada en lo partidarios y su legado, recta en declive como “escenario” de lo caótico que gobierna, demuela la ilusión en la esperanza partidaria, por el cual nace una
-no esperanza-, y una visión el “absurdo” por empoderar a sujetos inescrupulosos que “parasitan” las necesidades de la gente, -los políticos-.
El soberano -no es- quién vota, sino que esa soberanía está en “otra” parte, en empresarios, financistas, hombres de negocios, a ellos “se” pertenece porque provocan desajustes, miedos, exacerban los ánimos, aumentan los precios, provocan inflación etc., entonces, se ve ¡como nunca! la indefensión del soberano, pero, ¿quién defenderá al soberano?, ¿aquellos que por su inutilidad perdieron el gobierno?, la resistencia se revela falacia y parte del viejo relato, para posicionarse -alternativa-. Entre sujetos inescrupulosos que “parasitan” las necesidades y los relatos “totémicos” de pasados fundantes, así, vivimos, existimos y morimos, como pueblo, como gente, como ciudadanos, militantes, etc., bueno, a este designio se “debe” -resistir, ¡basta de estructura y su secuaz, la superestructura!, basta del relato de la representación, basta del poder que “dicen” portan los trabajadores, clase obrera, cuando son las ¡victimas! del verdadero poder o como dice la canción:
“¡Basta de muerte, basta, basta!
¡Basta de morir, morir, morir!”, y agregamos ¡basta de mentiras y de relatos!, benditos aquellos -ciegos, sordos y mudos- a ellos, malditos los -crédulos y creyentes- en ellos que posiciona la oscura condición “tanática” en el país.


Juan Oviedo