• 20/05/2024 17:43

Reflexiones entre equívocas y univocas: Premium (por Juan Oviedo)

El término “premium” significa -primera calidad-, se trata de una categoría comparativa en relación con otros servicios que ofrecen la –misma prestación- y en este caso, en el rubro de turismo, por ejemplo, en el partido de Villa Gesell destacar como destinos premium a sus localidades -sin posicionar- a la propia ciudad, nos hable de una “devaluación” encubierta.

Pero, ¿qué hace o determina que algo sea catalogado como premium?, hay una relación entre -oferta y demanda- superadora respecto a un mercado competitivo y su “destino”, porque a medida que se mantiene en el tiempo tal “correlatividad”, instale un sello, una marca, un “estilo y estatus” que define y delinea ciertas características de un lugar, el que -no soncompartidas por todos, en el fondo, se trata de algo que “discrimina” por el cual, si vacaciono en un destino premium, implica estar en un espacio también premium o sea, estar entre mis iguales.

Respecto a los iguales, la categoría premium -nada dice e informa- acerca de las personas que consumen sus servicios, ¿qué tipos de personas son esos premium?, educadas, socializadas, ubicadas, con alto poder adquisitivo o solo esto “último” importe, que puedan pagar su estadía, consuman, gasten etc. como lo verdadero a tener en cuenta, y si de pronto algún cliente es un sujeto que por -tener dinero- se otorga el derecho de maltratar a empleados, exigir cosas, alborotadores etc., nos diga que la “ontología” del premium ¡no exista como tal!.

La valoración de lo que “somos” por lo que “tenemos” ya es algo impuesto en nuestro tiempo y eso incluya en donde “estamos”, y a tal fin, los lugares premium cumplan la consigna por construir en sus espacios, los mejores servicios a considerar, donde calidad, atención, eficacia, tecnología se vinculen entre sí, en especial, por la intervención de inversores privados y crear las condiciones para negocios -exitosos y lucrativos-.

Lo que nos lleva a decir que la “masificación” en un destino turístico como sinónimo de éxito es ¡falso! porque lo que determina el éxito o no de un lugar, es la del “consumo”, por ejemplo, en Villa Gesell ciudad hay un 75% de ocupación en su tercera semana de enero, no es una “mala” cifra si se tienen en cuenta a las “dos” primeras, ahora, si hay “bajos” niveles de consumo y estadías breves de fin de semana, mientras sus “vecinas” localidades están por encima del 90% de ocupación, significa que se está ante ¡dos segmentos sociales diferentes”, el premium de los empresarios, negociantes, altos profesionales y el común de los trabajadores, algo que el propio intendente local reconoce al afirmar “Es importante seguir
trabajando para que los destinos crezcan, pero también necesitamos que existan políticas que recuperen el salario y el poder adquisitivo de las y los trabajadores”, porque estos últimos, son los que vacacionan en la ciudad, son los que ¡no gastan!

Y si bien “no hay ni existe” un -premium ontológico- algo ya señalado, se lo busque instalar en el destino y así, represente un vacacionar junto a iguales y pares, porque cuando los “negros” vayan a lugares donde van las “elites”, tal como ocurrió con Mar del Plata, las elites desaparezcan, por eso el destino debe -si o si – aspirar al ¡premium ontológico! y “sutil” discriminar que significa, la no mescla con lo “no igual” que son -los negros, mersas, proletarios y jubilados-, ¿qué más estatus da decir?, “veranee en la ciudad de Villa Gesell! o “en el exclusivo Mar de las Pampas” o agregue, Pinamar, Cariló etc.………. je, ¡billetera mata discurso!

Juan Oviedo