Se me escapa.
Se oculta mientras la busco para salir a jugar y me invita a pasear de noche porque sabe que tengo frío.
Pisa el césped y arranca las flores del jardín para dárselas a otros.
Tira piedritas al agua, disfruta de ver lo turbia que se pone cuando la polvareda del fondo emerge.
Nunca me habla al oído como a los otros.
Se jacta de no darse cuenta.