• 20/05/2024 12:52

Ni tu peor enemigo puede hacerte daño como tus propios pensamientos

Ene 5, 2024 #sentir

Todo es un caos…
Está todo mal…
Qué hermoso día…
Hay tantas personas buenas…
Alguna vez te preguntaste ¿por qué y para qué pensamos de manera diferente?
Me voy a centrar hoy, en el ¿por qué?
Para ello voy a transcribir un fragmento del libro “En el limbo” de Estanislao Bachrach.
…”La FELICIDAD es ausencia de sufrimiento, y para que esto ocurra, al menos en algunas dosis interesantes, lo que cambia todo es la aceptación.
Aceptarte nace de la comprensión acerca de por qué sos como sos, por qué los demás son como son y por qué el mundo es como es. Aquello que no seas capaz de aceptar será tu más grande causa de sufrimiento. Ojo, aceptar no es resignarse ni ser indiferente. Tampoco es tolerar o estar de acuerdo. Y mucho menos es un acto de debilidad. Espero estar convenciéndote de que cuanto más te conozcas, más y mejor te podrás transformar. Y cuando vos cambiás, todo cambia. Aprender sobre tus emociones y las de los demás muchas veces te va a enfrentar con tus propias creencias, formas de pensar, sentir e interactuar. Verás que lo que impactará en tu bienestar o malestar es mucho más tu actitud frente a lo que sucede que las experiencias que vas viviendo. Por suerte te vas a equivocar, y seguirás equivocándote, ya que es gracias a los errores y a que sabés que estás fallando que podés aprender para hacerlo mejor. Tus errores son tus aliados para que puedas vivir lo más sabiamente posible.” (pág 406).

Algunos se preguntarán que tiene que ver los pensamientos con las emociones. ¿Sabés cómo funciona? Hay una situación XXX= vos hacés una interpretación de la misma (buena o mala)= esa interpretación te hacer sentir de una manera (algo agradable o no) y en base a eso, actúas o en muchos casos reaccionas.
Además, es importante reconocer que el pensar de manera diferente se debe al ámbito y condiciones en que fuiste criado, como pensaban tu papá y mamá, los adultos o personas que te hayan criado. Ahí radica las grandes diferencias en la manera de pensar y comportarnos. ¿Qué frases escuchabas siempre? ¿Cuáles de ellas se enquistaron en vos y ni siquiera sos consciente? Te voy a compartir alguna de ellas… “la plata no cae del cielo”, “Así es la vida”, “Yo soy así”, “Todos los hombres son iguales” “a las mujeres solo le interesa que las mantengan”, “pórtate bien”, “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, “los años no vienen solos”, “que va a decir la gente”, etc, etc…no sigo porque sería interminable. La cuestión acá, no es si ésto está bien o mal, sino cómo te hace sentir estas frases o mandatos. A veces son imposiciones o parámetros, que resultaron eficientes en otras épocas o circunstancias de vida, y nos fueron transmitidas sin saber el impacto o si estamos de acuerdo con ellas hoy en día. Como les digo, lo importante acá, es que vos elijas lo que te hace bien. Eso es un montón, porque como dice en el texto de Estanislao, muchas veces te vas a tener que enfrentar con otras personas, especialmente gente que querés, que nos le va a caer en gracias tus decisiones. Pero de eso se trata ser adultos, hacernos responsables de nuestras decisiones, aunque nos equivoquemos, pero son ellos, los errores, los que te llevarán a vivir lo más sabiamente posible. Aquí aparece una de las emociones “básicas”, el miedo. Puede ser al rechazo, abandono, a no ser aceptado, etc.

¿De dónde viene el miedo al rechazo, o a ser excluido?
Es uno de los miedos más primitivos que tenemos como humanidad. ¿Se acuerdan que les dije que no solo venimos de papá y mamá?, sino que hay memorias que compartimos como seres humanos. En la época de las cavernas, el ser excluido y quedar a la deriva, era sinónimo de muerte frente a los peligros de ese entonces. Nuestro cerebro guarda todas esas experiencias que les mantuvieron con vida a nuestros antecesores (eso resultó y fue efectivo en ese momento), por eso, las emociones son innatas, ya las traemos de fábrica. No podemos deshacernos de ellas porque nos dan información muy valiosa, gracias a ellas podemos tomar las decisiones y vivir en sociedad.

Recapitulando, intervenir o cuestionar eso que pensás, es el comienzo de tu autoconocimiento. Vuelvo a repetir, no hay una manera correcta de vivir, sino con la intención o energía de cómo lo haces. Si es realmente algo que elegís para tu vida o te lo impusieron, ejemplos sencillos pueden ser el equipo de fútbol del cual sos hincha, el partido político o religión que profesa tu familia, etc. Así como estas cosas, también aprendiste a manejarte a en tu vida con lo que sentías.

Por ej: Si nunca le viste llorar a tus padres, seguramente te cuesta aceptar tu vulnerabilidad. Si viste que siempre se resolvían las cosas peleando, discutiendo o insultando a los demás, tal vez sigas comportándote de esa manera ahora de grande. No es tan simple la cosa, simplemente busco dar algunos ejemplos para clarificar el tema. El punto es, que aprendemos a comportarnos de una manera y la buena noticia es, que, si lo aprendimos, lo podemos deshacer e ir incluyendo en nuestras vidas, hábitos más sanos y que coincidan con el tipo de vida que queremos tener nosotros ahora, por decisión propia.
Antes de conocer sobre éste tema, no podía despegarme de lo que sentía, para mí era así, tal como yo pensaba sobre un determinado tema, y me tranquilizaba cuando las cosas o las personas eran como “yo creía” que tenían que ser. ¿Eso qué implicaba? Que yo no tenga que hacer nada, todo está tranquilo (¿se acuerdan lo que les dije en la publicación anterior del cerebro?)
En el párrafo inicial, habla del sufrimiento. Y me gustaría hacer una diferencia que se menciona en diferentes libros o frases en relación a éste tema, “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Esto quiere decir, cuanto más nos resistimos y queremos que las cosas sean como pensamos, más sufrimos. No podemos evitar que sucedan cosas malas y dolorosas en nuestra vida, pero si podemos elegir cómo afrontarlas.
Cuando le educamos a nuestro cerebro a ver el lado positivo de la situación, estamos interviniendo en sus conexiones neuronales. Le estamos diciendo o mostrando, que hay otras maneras de ver las cosas. Para que me entiendas, te voy a dar un ejemplo, es como un lavarropas automático, generalmente por costumbre o comodidad usamos siempre el mismo programa de lavado. Pero el lavarropas, tiene muchas más opciones incluso una opción de lavado, que dura menos tiempo. Eso evita el derroche de agua y energía, optimizando el lavado. Y lo más importante, es que nosotros somos los que prendemos y programamos el lavarropa. Nosotros damos la orden.

Con nuestro cerebro es igual. Si hay una situación que te preocupe, ocúpate. Activá el programa más corto del lavado (dependiendo el caso o situación) resolvé el problema y seguí con tu vida. En la mayoría de los casos perdemos mucha energía en darnos manija pensando, por ej: en todo lo malo que puede llegar a ocurrir, en poner excusa porque no fui a trabajar, en ver como saco ventaja de alguna situación, que pruebas o argumentos puedo presentar para que me den la razón, etc. Y ahí sufrimos. Buscamos resolver por fuera de nosotros, sin revisar lo que nos pasa y sentimos por dentro. Y así seguimos reafirmando nuestra manera de pensar. Seguimos estando en esa zona cómoda, aunque no es linda, es lo conocido. No evolucionamos como personas. Cuando lo más saludable para nosotros es aceptar. (-volvé a leer el texto inicial, esto no implica el vale todo-), tal vez que estamos equivocados. Estoy segura que todo lo que hacés o pensas, es para vivir en un mundo mejor. Ahora la pregunta es, en ese mundo ¿estamos todos incluidos o solo las personas que piensan, sienten y se comportan cómo vos?
TU MUNDO INTERIOR, DEFINE TU MUNDO EXTERIOR”
Paula Vera
Docente- Coach
Instagram @sentir._ok