• 20/05/2024 10:56

Reflexiones entre equívocas y univocas: Reconocimiento (por Juan Oviedo)

Una nota del 31-12-2023 en un portal local dice lo siguiente, EMOTIVO RECONOCIMIENTO A JUAN FORN, e informa que en una calle de Mar de las Pampas desde ayer lleva su nombre. Si usted pregunta por quien fue Forn, unos lo reconocerán como escritor, para otros un vecino afamado y en otros, ni idea.

Ahora, el reconocimiento ¿está en su persona o en su obra?, para reconocer a la persona primero, la debo tratar y lo mismo para con su obra, la debo leer, y aquí, en este aspecto de reconocer a alguien por haber leído su obra, el escenario del reconocer se “estreche”, por lo tanto ¿cómo usted puede reconocer a quien no ha leído en absoluto?, no, ¡en absoluto!, ¿entonces?, ese reconocer es un evento social ideados por terceros cercanos al escritor, y muchos adherentes, y estos, posiblemente jamás leyeron a Juan Forn.

Por lo tanto, la pregunta, ¿cómo se debe reconocer a un escritor?, primero y fundamental en vida del mismo, porque reconocer es “leer” lo que él escribe, tras un pensar, reflexionar y socializar en un texto, y mundo “interior” que todo cabal escritor posee y nutre, después, discutirle, analizarlo, que exista un –espacio- donde se aborde lo literario o la escritura, que ese espacio no sea parte de un sector privilegiado sino nexo entre el escritor y la sociedad, pero no porque viva en ella, sino porque parte de ese colectivo -lo lee y consume-, de lo contrario tal reconocer es un “grotesco”.

Vamos a reconocer a Awich porque es una persona de cierta fama y pondrá a nivel nacional a nuestra comunidad como “noticia”, es la foto del político, si puede sacar beneficio, entonces, se sacará la foto, la sospecha de la “utilización” en estos reconocimientos es -común y corriente-

Evoca al amigo, al camarada, al compañero, la conciencia que tienes de él, es única e intransferible, pero socializar esa experiencia y hacerla cuño material en una calle sea algo lejano de quien -hace- del escribir, un sendero y flecha hacia un “espíritu” a devenir, en literario posicionar, y al no ser leído, tal espíritu -no sea- vivencia ni siquiera intuición. En definitiva, la burda materia de una calle con su nombre, se torne un fetiche de algo que no fue, leerlo como escritor y hacer de su interioridad, un permanente taller abierto a la -costa entera-.


Juan Oviedo