• 04/05/2024 00:56

Múltiples Existencias: Enlaces -a la vera del camino- SIN TIEMPO -Silvia Barberini (5ta Parte)

Enlaces -a la vera del camino-
SIN TIEMPO – Silvia  Barberini (5ta. Parte)

Yo sabía, me había dado cuenta entre los gestos y movimientos convulsivos, en el apuro, descargas disimuladas por el zarandeo del auto que golpeaba cada dos por tres el chasis contra alguna piedra y en el no mirarme, espiándonos por el rabillo la intención, que estaba hasta el cuello

¿Por qué no fui simple, o directa, o correcta y solidaria, lo harán los otros tan fácil? Cualquier otra. ¿Por qué siempre en los recodos, por qué libré a ese vida a su suerte? Ese tiempo. Creyendo otra vez, en la diferencia. 

El camino se abría, se cerraba, las crestas de piedra, los pozos, estaba hartándome, costumbre de indicar en metros los que son cientos, pero cuando pasamos el puente sobre el arroyo, un auto mediano, rojo, apareció del otro lado.

El agua estaba baja, las piedras afloraban, me estremecí al ver como no dejaba de transformársele la cara, como si una amenaza se le viniese encima.

Me pidió que detenga el auto delante del Fiat que estaba estacionado.
Los bloques de piedra del cerro que habíamos franqueado, no dejaban mucho espacio a los costados. Ella bajó como disparada, trague saliva y la seguí.
Se paró delante de la llanta delantera  izquierda.
Empezaba a descomponerme de rabia, por haber supuesto una realidad  siniestra, y cuando comenzaba a querer insultarla, el gemido me paralizó.

Se había acabado el tiempo, sin margen volteé la cabeza y retrocedí hasta el arroyo.

Pegué la vuelta al auto, y casi de un salto bajé la empinada a la vera haciendo equilibrio.

Había una criatura, y entendí que ella sabía, que no le era un llanto desconocido, corta, o egoísta. Tendría días, estaba casi desnuda, una camisetita raída, encajada entre las rocas que sobresalían, como si alguien la hubiese dejado esperando la crecida.

La mujer, al fin, lloraba.