• 13/10/2024 13:45

Todo depende de la perspectiva con que se mire

Sep 14, 2024

Para empezar, sabés que tenemos diferentes puntos de vista, ¿verdad?

El Amor. El Perdón. La religión. La amistad. La familia. La pareja. La salud. DIOS

Todos, tenemos una idea de lo que significa en nuestras vidas estos conceptos o ideas. Y en el transcurrir de nuestras vidas se fueron construyendo y también cambiando estas ideas. Porque lo que nos pasa nos va moldeando y van cambiando nuestras percepciones de la vida, de las cosas, de los vínculos, etc.

Nos vamos moldeando según nuestras experiencias, los resultados de nuestras acciones. Pero todo eso no está ni cerca de lo que es o debería ser en nuestras vidas.

No hace mucho tiempo, que fui comprendiendo con otros ojos los resultados de lo que me pasa en mi vida. Yo pensaba que, si hacía lo que socialmente está consensuado y acordado para hacer, me iba a sentir bien. Ej: pensar en los demás, ser solidaria, portarme bien, hacer lo correcto, etc.

¿Qué sería portarse bien? ¿Qué es lo correcto? ¿quién define esos parámetros?

Resumiendo, y en pocas palabras, pensaba en los demás y no en lo que yo quería; en algunas ocasiones era solidaria, pero por obligación moral; me portaba bien negando mi sentir, para evitar conflictos; hacia lo correcto según lo establecido socialmente, pero en contra de mi voluntad. Es decir, me negaba a mí y todo lo que sentía y pensaba o la mayoría de las veces, para no ser tan negativa.

Y obviamente, estaba en el lugar de víctima. Todos están en contra de mí o me enojaba con DIOS diciendo que no me quería o le cuestionaba porque debía pasar por esas situaciones tan incómodas, dolorosas o displacenteras.

Ayer hablando con mi hijo le daba este ejemplo, que llegué a esta conclusión después de muchas lecturas.

Vamos a imaginarnos que antes de nacer o venir a éste mundo, todos acordamos cruzarnos con ciertas personas y todas estas personas están de acuerdo con eso. Y donde cada una de ellas, está actuando un papel. Y ahí le digo a mi hijo: vos, por ejemplo, cuando eras más chico, te enojabas mucho, tenías reacciones muy violentas, tenias “ese papel o personaje” para que yo pueda ver mi enojo guardado o reprimido. Cuando me di cuenta de eso, vos dejaste de hacer “ese papel” porque yo ya entendí “la lección” como se dice.

En este juego, todos sabemos que al nacer nos vamos a olvidar de porque estamos acá en la tierra, pero sabemos en un lugar, muy dentro nuestro, que estamos para ser mejores personas, mejorar la raza humana y lo haremos sanando y entendiendo nuestro interior para liberar esas emociones guardadas, reprimidas que nos impiden vivir la vida que queremos.

Entonces, viéndolo desde ésta perspectiva, podemos darnos cuenta que no son cosas malas, sino que son necesarias para poder sacar lo que está guardado y que tal vez, como sucede la mayoría de las veces, no somos conscientes. Y justamente, junto con las demás personas nos vamos ayudando unos a otros a ver esas heridas y dolores.

En éste juego, yo y cada uno de nosotros cumplimos varios “papeles o personajes”, porque el vínculo con cada una de las personas es diferente. Cada uno de nosotros debe aprender ciertas lecciones y según nuestro estado de consciencia, lo vamos viendo y comprendiendo. Hay una frase que dice “cuando el discípulo está listo llega el maestro”. Y ese personaje puede ser tu jefe, tu hijo/a, tu pareja o tus amigos/as, etc.

A medida que vamos cambiando muy gradualmente y despacito nuestra mirada a estos conceptos y sobre todo al mundo en que vivimos, nos daremos cuenta cada vez más de éste juego. Y ya no nos vamos a enojar o juzgar la conducta o acciones de los demás porque comprenderemos que cada ser está en un nivel del juego. Algunos ya subieron de nivel, otros pierden una y otra vez quedando por algún tiempo hasta encontrar la salida o aprender el desafío y subir de nivel.

Entonces comprendemos que TODOS estamos en este juego y que, en menor o mayor medida, según su nivel de consciencia, todos estamos haciendo algo o poniendo de nuestra parte para ser mejores personas y mejorar la raza humana.

A veces me toca ser maestro, – enseñar- y a veces me toca ser discípulo, -aprender-.

Entonces no importa tanto el camino, sino cómo querés llegar y quién querés ser cuando llegas. ¿Llegar a dónde? No sé, yo pienso al final de la vida, cuando éste juego se termine.

“Todos los caminos conducen a Roma”. (AMOR)

Paula Vera, Docente- Coach

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