Reflexiones entre equívocas y univocas: Una novela (por Juan Oviedo)

“Nicanor”, es la última novela de Juan Oviedo, donde posiciona y rescata -valores originarios-, destaque su particular cosmovisión “dual” entre -Walichú y Chachao-, que les permite entender al mundo circundante, con prácticas culturales, donde el “chamanismo” es fundamental y creencias en los “diferentes” planos de la realidad, así, la novela de Oviedo explora tales aspectos del mundo originario y localizada en –dos- regiones diferentes, la sierra de la Ventania y Villa Gesell.

El autor plantea que montañas, cueva y grutas, suelen poseer un encanto paisajístico, turístico y también geográfico, pero -no hay- entendimiento por la población en general que “algunos” de esos lugares fueron recovecos mortuorios, en el cordón serrano de la Ventania, mientras, que en la costa Atlántica, los espacios recorridos por los trashumantes de aquel tiempo, (Querandíes) entre la playa y las dunas, ciertos lugares devinieron -centros- funerarios, así, en la extensa costa bonaerense, por aquellos que partieron al -más allá-, junto a sus objetos personales, se transformaron en lugares ceremoniales y su pertinente connotar: espacios “sagrados”.

Oviedo considera que lo sagrado es una categoría que -no tiene- significación ni aplicación en la realidad mundana de las señaladas localidades, algo que tendrá sus futuras consecuencias, especialmente en esos cuatro jóvenes, pues desde La Plata, dos Arqueólogos -Ernesto y Juan-, van a una gruta “inexplorada” en las sierras de la Ventania y otros -dos- en Villa Gesell -Lucas y Javier- se aventuraran a ir la -zona más- allá del faro Querandí casi inexplorada.

La ignorancia por la cosmovisión originaria hace que los jóvenes se tornen en neófitos, aspecto que -no- contemplarán las fuerzas sobrenaturales insultadas por el profanar realizado, así, Ernesto, Juan, Lucas y Javier, más la incorporación de Darío dueño del campo en donde se emplaza la cueva, deberán purgar sus penas y por ello, buscarán ayuda para enfrentar a las fuerzas sobrenaturales, se trata de dos chamanes, uno en la zona de Tornquist y otra en la Villa Gesell, don Miguel y Nicanor respectivamente.

La intención de Oviedo con “Nicanor”, es hacer su crítica al modelo actual de una modernidad por el eurocentrismo acentuado y apele al planteo del modelo Modernidad/colonialidad, el quien denuncia que -si bien- no hay colonialismo como tal, si se ejerza la práctica hegemónica de la “colonialidad” del poder, apropiación de suelos originarios, explotación y dominación en la zona de sierra de la Ventania, una colonialidad del saber donde se niega a todo tipo de saberes que no sean científicos y una colonialidad del ser, al que se le imponen existenciarios a los originarios: el ser y estar “invisibilizados”.

Pero “Nicanor” es la continuidad de la novela anterior del autor titulada “Walichú, tierra maldita” donde -nada cambia- en el partido de Villa Gesell, como una suerte de medievo, todo se reitera, todo se repite, verano, invierno, temporada, estacionalidad, riqueza y pobreza, y nada cambia porque -no hay- energía que solo los jóvenes pueden aportar, ¿y por qué? porque para ser alguien, buscar sus futuros, ellos, ¡si o si! se deben marchar del pueblo y esa sea la presente maldición instalada por Walichú, subliminalmente Oviedo ejerza su crítica al modelo eurocéntrico instalado en el pueblo.

Juan Oviedo