Motos incautadas se acumulan en el corralón por falta de coordinación de instituciones

En el corralón municipal de Oberá se aglomeran más de 300 motovehículos producto de infracciones, mayormente por el estado de las mismas que no reúnen requisitos para circular. A pesar de que en el año 2013 se sancionó una ordenanza para su baja y destrucción o remate, aún no se puede implementar porque requiere coordinación entre el Juzgado de Faltas local , los Registros del automotor existentes y el Ejecutivo obereño. Por lo tanto, se siguen acumulando motos que a la larga se convierten en chatarra.

«Existe una ordenanza del 2013 mediante la cual y una vez que son secuestradas de manera preventiva las motos, cuando se miden los decibeles de sus caños de escape y éstos y son considerados nocivos o contaminantes, pierden la propiedad de sus dueños y son destruidos, pero esto no ocurre con los motovehículos», dijo Francisco Sa, Juez de Faltas de la ciudad.

Sostuvo que «con las motos- sí bien esta ordenanza se sancionó con ese objetivo- no se puede hacer lo mismos porque es una propiedad privada y ahí interviene el Registro de la propiedad automotor, o sea, hay que darle la baja y es un trámite que nos excede , por lo que se complica porque hay que coordinar con el Ejecutivo municipal y con los Registros de la propiedad automotor, ya sea para remate o destrucción, para darle de baja en definitiva», explicó Sá al Aire de Integración.
Indicó que «la única alternativa que encontramos, es entregar algunas motos como depositario administrativo a alguna institución, ya sea la policía o entidad que lo necesite», mencionó.