A mi nadie me lo contó, lo tuve que vivir nomás. Tuve que chocar contra todas las paredes de la vida para aprender, sobre todo a perdonar.
¿Cómo cuesta perdonar? Para perdonar hay que aceptar. Aceptar que uno también se equivoca, y muchas veces de verdad.
En la confusión de los conflictos se pierde tiempo, y en cada tiempo instantes de charlas que podrían abrazar en vez de doler.
Que duela. Que lastime. Pero que no desgarre. Mimemos de amor la intención de las palabras.
A mi nadie me lo contó, lo tuve que vivir nomás.
![](https://www.meridiano55.com/wp-content/uploads/2024/05/WhatsApp-Image-2024-05-20-at-14.47.08.jpeg)