• 26/07/2024 23:01

Los conflictos en nuestra vida

May 23, 2024

Cómo resolvés los conflictos?

¿Qué haces cuando tenés un conflicto, lo enfrentas o huis?

¿Se puede aprender de los conflictos?

¿Qué te decís internamente a vos en esos momentos?

¿Qué estás dispuesta/o a hacer para resolverlos?

¿Qué se necesita para resolver un conflicto?

A partir de la llegada del lenguaje verbal a nuestra vida, la comunicación ha sido y es todo un desafío. En ocasiones cuando salgo a caminar escucho frases sueltas de las conversaciones de personas que también están caminando y me quedan resonando. Frases como, “me mete culpa”, “me dice con esa soberbia”, etc. ¿cómo puede ser que a través de un mensaje de texto se perciba la culpa o la soberbia? Cuando nos comunicamos, lo hacemos desde el mundo mental que tenemos creado en nosotros y bajo ese filtro analizamos y observamos a todos y todo. No podemos ver o percibir otras cosas, maneras o formas de comunicarnos hasta que nos encontramos con alguien diferente, – en su forma de pensar, obvio-, que me lo haga notar.

Entonces ¿qué se necesita para resolver un conflicto? Para ilustrar ésta idea les cuento una situación que me pasó cuando estudiaba Coaching. Siempre teníamos retos y acciones que realizar para incorporar los aprendizajes, es decir pasarlos por el cuerpo. En un momento dado, teníamos que recaudar dinero para la fiesta de egresados de los estudiantes de 2 año que se recibían de Coach. Y ese “debate”, todos opinaban, respetando los tiempos en que cada uno hablaba, -para ese entonces ya aprendimos la importancia de la escucha presente-, y en eso alguien propone una venta de garaje, a lo cual yo dije: “No, eso no tiene salida”. En ese momento me mira el coach y me dice: ¿cómo qué no?, en todo caso cuando hagas tu aporte podés decir, “y también tal cosa”. Nada se descarta y todo se suma para tener más opciones.

¿Vieron esas enseñanzas que te quedan para toda la vida? Una no se da cuanta hasta que algo te hace ver cómo te comportas frente a los demás. Hasta ese momento, sentía la necesidad inconsciente de controlar y que se haga lo que yo decía.

Cuánto daño me hizo el control. Me sobre exigía, me cargaba con cosas extras porque nadie las hacía como yo quería, y tal vez, no quería aceptar otras opiniones porque eso tocaba mis fibras más sensibles de que lo que yo decía no era valioso. Y no había dimensionado que no era yo como persona sino solamente mis ideas. Poder separar esto, hace toda la diferencia. Se está hablando de ideas y propuestas, no está en juego nuestro valor como seres humanos o personas.

En éste punto, les cuento una conversación que tuve estos días con una alumna, que me dijo que no puede trabajar en equipo, no acepta la opinión de otras y se enoja cuando no hacen lo que ella quiere. Me vi tan reflejada en ella, pude ver que quiere cambiar, pero es algo más fuerte que ella. Y le conté mi experiencia, de cargarme con cosas ajenas no solo del trabajo sino con problemáticas donde nadie me pidió ayuda. Darse cuenta de que debemos soltar y confiar en los demás es uno de los desafíos de muchas personas. Y le remarque esta idea “no está en juego tu valor como persona, sino que simplemente tu idea no es la más adecuada en estos momentos.”

¿Alguna vez te preguntaste que fibras tocan en vos cuando alguien te dice que NO a algo?

¿Qué sentís? ¿podés ver la diferencia?

Después de esa situación que les contaba como estudiante de Coaching, me di cuenta que se necesita apertura y flexibilidad a la hora de las negociaciones o resolución de conflictos, que es el tema del cual quiero reflexionar hoy con ustedes. Si no vamos dispuestos a conversar, ceder en algo y buscar resolver el conflicto, nada va a cambiar. Por otro lado, reconocer nuestras equivocaciones o comportamientos, también hace que la otra persona baje la guardia y deje de estar a la defensiva porque puede percibir que ya no atacamos, sino que tenemos la intención de dialogar.

Hay una gran diferencia entre la manipulación y la apertura sincera para conversar. Buscar lo mejor para ambas partes, una idea superadora y al proponer lo que cada quien espera de la relación o situación, nos llevará a encontrar el punto medio.

¿Qué hay detrás de los conflictos en nuestra vida? ¿por qué se generan los conflictos?

En mi caso, se da cuando hay algo “que tengo que hacer” y lo “que yo quiero en realidad”. “Los debería y lo que quiero en realidad”. Por ejemplo: “hay que ir a trabajar y no nos gusta lo que hacemos”. O “me comprometí a ir a un lugar y luego tengo que decir que no porque surgió otra situación”; o “cuando la mayoría de las personas hace una cosa y nosotros elegimos hacer otra”.

Los conflictos se dan porque choca con nuestros intereses, con nuestra forma de ver y analizar la situación. Cuando esa situación provoca un moviendo tan grande en vos que te interpela a tomar una postura. Y ahí está en juego tu individualidad, lo que sentís y realmente querés para tu vida. ¿te vas a seguir postergando o te vas a hacer caso a lo que querés? ¿vas a seguir con la corriente o vas a hacer una parada para darte prioridad a lo que vos elegís? ¿estás dispuesta/o a correr ese riesgo por lo que vos sentís? ¿te jugas por vos?

Detrás de los conflictos hay miedo. Miedo al rechazo, a no ser aceptados por lo que queremos ahora y eso puede implicar dejar de estar para los demás, dejar de resolver las cosas ajenas y ocuparnos de nuestra salud, dejar de querer cambiar el mundo para ocuparse del mundo interior que es el único donde tenemos poder y acceso. Y claro, eso da miedo. Quedarme sola, que me dejen de lado o que me dejen de llamar por quien estoy siendo ahora. Y la verdad gente, en este camino del auto conocimiento, vas juntando herramientas para esos momentos, porque obvio que duele, hay cosas que no entendés porque la otra persona se borra de tu vida, vas cambiando de grupo de amigos y tal vez te alejas un poco de tu familia, pero lo importante no es quedarse con el resentimiento y el enojo de porqué las cosas no son como antes, sino agradecer y bendecir los momentos compartidos y enviar todo el amor a esas personas que ya no están de manera física con nosotros ya que seguimos conectados desde el corazón, la esencia del Amor que somos todos. El Amor nunca se termina, sino que se transforma. Es infinito.

Siento que a medida que vamos liberando esas emociones como la tristeza, rabia o enojo, miedo vamos cambiando nuestra vibración energética y eso nos va llevando por diferentes rumbos y al encuentro con otras personas.

 Otras de las conexiones que hago con los conflictos, además de estar asociados con el miedo, también lo están con el enojo.

Al tener miedo y no tener valor de imponer mis necesidades o deseos frente al de los demás, eso me conecta con el enojo. Porque otra vez, no estamos siendo congruentes y coherentes con lo que sentimos y queremos hacer. Y casi siempre ese enojo es con nosotros mismos. Por no animarnos, por no atrevernos, por no elegirnos y priorizarnos, por no expresar nuestra verdad, por no reconocer nuestra vulnerabilidad, por no animarnos a vivir en libertad. Libertad del qué dirán, de los juicios ajenos y las críticas, etc.

Una frase que me quedó resonando hoy de un reel que vi, es,

 “No voy a aceptar una opinión de nadie que no esté donde yo quiera estar”.

Generalmente, las personas opinan sin saber y desde su experiencia. En todo caso, yo decido tener mis propias experiencias. Creo que somos seres infinitos con un sinfín de realidades que las vamos a ir encontrando en la medida que nos atrevamos a decidir por nosotros mismos. Que nos animemos a enfrentar los miedos, sin ellos no podríamos saber que nos falta para expandirnos. Los miedos, nos ayudan a tomar conciencia de lo que nos falta desarrollar o qué cosa tener en cuenta para tomar una decisión importante. El miedo como cualquier otra emoción nos ayuda a tomar decisiones sin ellas estaríamos perdidos.

Es tan importante ver qué hay detrás de las emociones porque, así como sentimos atraemos las cosas o personas. Las emociones son como un imán y las vamos alimentando con nuestra forma de pensar que, si seguimos por un período largo en esa rumiación, – puede ser positiva o negativa-, caemos en un estado de ánimo. Todo depende de la interpretación y las emociones que se disparan con las situaciones externas a nuestra vida.

El 07 de junio en Posadas y el 14 de junio en Oberá, voy a dictar mi curso-taller “Emociones y la meditación. Un curso para aprender a entender tu forma de pensar, a descifrar que hay detrás de tus emociones o porque siempre aparecen las mismas. Además, como ejercitar el cerebro y la importancia de la meditación en tu vida cotidiana, todos sus beneficios con ejercicios sencillos y prácticos. Nada cambia, si no cambiamos nosotros internamente.

Si crees que mis notas y contenido te ayudan a conocerte más y saber de tus emociones, podes colaborar haciendo tu aporte a través de Mercado pago Alias: Sentir.ok.mp. Gracias por acompañarme a seguir compartiendo mi sentir.

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Paula Vera, Docente-Coach

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