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Fany Ruloff y su milagrosa recuperación

Ago 30, 2020

Funy Ruloff (32),  es profesora de Biología, fue víctima del accidente en el que falleció la Secretaria General de la Unión de Docentes de la Provincia de Misiones, Marilú Leverberg. Luego de superar las gravísimas consecuencias del siniestro vial, para muchos milagrosamente, asegura que está en pleno tratamiento psicológico para superar la muerte de su gran amiga, que no tiene secuelas, más allá de cicatrices en el brazo izquierdo y está convencida que los milagros existen. Cree que Dios le permitió continuar viva porque aún tiene una misión que cumplir.

A ocho meses del fatal accidente, la profe, quiere agradecer a quienes la acompañaron, reconocer a su familia como pilar de su recuperación y compartir detalles de lo que le tocó vivir. “Del accidente no me acuerdo nada. Toda esta situación traumática hizo que quedaran en el olvido muchas cuestiones” relató.

Fueron varios los años que compartió las vacaciones con Enzo Gomez y Marilú. En la última oportunidad no viajó con ellos, lo hizo unos días después, en colectivo. “Muchos años compartí vacaciones con ellos. Esta vez ellos se fueron después de una reunión en Posadas, yo no iba a ir porque había pagado un viaje con mi prima al norte de Brasil, para febrero y quería cuidar mi plata. Pero Marilú me mandaba mensajes, fotos y me insistió que vaya, me decía que estaría bueno que esté con ellos. Así que decidí viajar. Salí el 26 de diciembre hasta la terminal de Camboriu donde ellos me buscaron (Enzo y Marilú). Unos días más tarde, para fin de año, llegó la hija, Florencia, porque había un recital de un DJ conocido al que quería asistir. Pasamos un lindo año nuevo. El 2 de enero me dijo Enzo que viajábamos al día siguiente, después del recital al que iba Florencia. Así que preparamos todo y al día siguiente, temprano, eran las seis de la mañana, buscamos a Florencia y volvimos, de ahí ya no recuerdo”.

Funy afirmó que viajó para estar junto a su amiga. “Me fui para acompañarla a ella, tenía una excelente relación, era una persona increíble. Muy humana, de corazón gigante. Ese es el dolor que hasta hoy sigue. Estoy en tratamiento psicológico para aceptar que ya no está. El día que salí de alta recién me dijeron que había fallecido. Estuve en terapia dos semanas y desde que pasé a sala preguntaba por qué ella no iba a verme, nadie quería decirme. Pensaba que por ahí no podía caminar, pero todos esquivaban el tema. Fue el psicólogo Joel Poliszuk, mi hermano le llevó desde Oberá, quien me dijo. Primero me dio bronca, porque me escondieron la verdad, pero no pude ni llorar, porque ya debía salir de ahí. El proceso lo estoy haciendo todavía, miro fotos y no puedo creer. Cuando se cumplió un mes, fui al cementerio, pero sigo en tratamiento, tengo que hacer algo para poder soltarle, es difícil, pero tengo que dejarla descansar” afirmó. “Los días que pasamos allá fueron espectaculares, ella estaba muy bien, hablamos un montón. Ella estaba cansada físicamente y necesitaba descansar, pero nunca dejó de trabajar, nunca dejó de atender el teléfono. Era nuestra pelea con ella, que queríamos que se despeje, pero siempre había algo. Era un apersona que no estaba solo con las cuestiones docentes, escuchaba a todos, trataba de ayudar a todos los que acudían a ella. Por eso me pesa que se haya ido así”.

Su cuadro fue gravísimo, traumatismo de cráneo, edema cerebral, cervicales comprometidas.  Hace un mes se hizo estudios propios del control exhaustivo con muy buenos resultados. “El que me rescató fue el intendente de San Pedro, Miguel Dos Santos. Vino a visitarme un día, me dijo que no nos reconoció, estábamos deformes las dos. Yo caí justo sobre una piedra. Me dijo el neurólogo que si la presión llegaba a veinte causaba muerte cerebral, llegó a dieciocho. Ingresé con cuatro de pulsaciones al Madariaga. Todo refleja el milagro, siempre fui a la Iglesia y creo que fue un milagro de Dios y también gracias a tantas oraciones de la gente, estoy agradecida, muy agradecida por eso. Se movilizó mucha gente, mis alumnos, hasta hoy sigo recibiendo mensajes. Mi madre fue quien pasó peor, el daño psicológico fue grande, hasta hoy mi madre lo viene pagando. De a poco nos vamos recuperando. Debería empezar mi vida social, pero sigo con rehabilitación, igual creo que es muy reciente” reflexionó. “Los médicos me dijeron te sacamos de debajo de la tierra, no podían creer y reconocieron la fe que tuvo mi familia. Tuvo mucho que ver eso. Los milagros existen”.

Fany contó que siempre usó cinturón de seguridad y que también Marilú siempre lo hacía, por lo que no se explica qué pasó, estima que habrían parado en Irigoyen y al subir por alguna circunstancia no lo hicieron. También comentó que por ahora no se siente en condiciones de volver a la ruta y evita pasar por la sede de UDPM.

Sobre el accidente, que sigue en ámbito judicial, aclaró que no le interesa tomar acciones al respecto. “Fue mi decisión viajar, dejé a mi madre sola y eso me pesa. Tomo como que fue una gran despedida de ella (Marilú), hoy me doy cuenta. Hay una causa en el Juzgado de San Vicente, no sé en qué va a quedar. El seguro tendría que responder creo. Solo quisiera que se pueda saldar lo que invirtió mi madre económicamente en todos esos días y lo sigue haciendo. Mi madre me dice que agradece la vida, pero es una necesidad que tengo devolverle a ella, al menos esa parte si se puede. También quisiera que la gente tome conciencia y sea responsable a la hora de conducir, usar el cinturón de seguridad y no conducir en exceso de velocidad”. Con la familia de Marilú dijo haber cruzado algunos mensajes. “También quiero desearles a ellos lo mejor como familia, imagino que están en un duelo terrible. Por respeto a la amistad que tenía con Marilú, espero que ellos puedan recuperarse” reflexionó.