• 19/05/2024 17:43

enamorados o necesitados?

Feb 13, 2024

Mi media naranja.
Mi peor es nada.
No soy felíz pero tengo marido.
Más vale un bueno conocido que un malo por conocer.
Mejor sola que mal acompañada.
El pata de lana.
El sombrero.

Somos el resultado de una sociedad que creció viendo relaciones de parejas disfuncionales, en su gran mayoría. ¿Cómo se comportaban los adultos con los cuales vivías?. Seguramente te comportas de manera similar a alguno de tus padres.
¿Cómo era la relación de tu papá y mamá?
¿Cómo se resolvían los problemas en tu casa?
¿Qué sentías y podías percibir vos de esa relación?
¿Te daban seguridad y contención tu familia?
¿Te reconocían tus habilidades o solo te señalaban tus errores?
Cuándo estabas triste ¿había alguien que te escuchaba y validaba lo que sentías?…
Estoy segura que la mayoría de las personas no tuvieron una red de contención o alguien en quien confiar. Así fue para nuestro papá y mamá, ni que hablar de los abuelos. Nos tuvimos que arreglar solos, tuvimos que construirnos ideas de cómo deberían ser las cosas en base a lo que vimos y se hablaba en ese momento en los medios de comunicación y sociedad.
Todos recordaremos la época de las novelas, donde el niño rico se enamoraba de la sirvienta- así se les llamaba en ese entonces-, veíamos cómo discutían, sembraban dudas y conflictos, engaños y mentiras, desencuentros amorosos, etc. Había que sufrir para “tener o conseguir un amor”. A veces la ficción es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Y desde chicos nos fueron implantando, a través de los medios de comunicación, canciones este tipo de “amor disfuncional”. Sin ir más lejos los dibujitos donde todos los finales eran felices, te acordás la frase ¿“y vivieron felices para siempre?
Me dirás que tiene que ver todo esto que nombré anteriormente con el título de la nota de hoy.
Lo que les quiero decir, es que aprendimos una forma de amar o de compartir la vida con alguien, de manera distorsionada. No sana sino desde la necesidad de ser “queridos” por alguien.
Y aunque esa relación sea conflictiva, de desconfianza y discusiones, nos quedamos ahí porque es lo conocido y es preferible eso a quedarnos solas o solos. Ya les conté en la nota anterior sobre las relaciones violentas.
No nos damos cuenta. No podemos ver y creer que se puede relacionar de otra manera.

En las escuelas y colegios, se puede observar claramente estas situaciones. Familias y muchas veces las mujeres peleando en la cancha o por un hombre. Chicas y chicos frustrados a los 17 años por no tener pareja o en busca de alguien que les saque de su hogar para cubrir sus necesidades, especialmente emocionales, tapar su soledad y miedos. Que les brinde seguridad.
En la adolescencia esta situación de vacío es normal, debido a todos los cambios mentales típicos de su edad. Y justamente, en ese momento, es una buena oportunidad para comenzar a conocerse, valorarse y no depender de otras personas para ser felíz.

Uno de los miedos más antiguos y grande de las personas es “quedarnos solas o solos” y esto se debe a que somos seres sociales. Necesitamos de la familia y amigos, de los abrazos y el afecto. Hoy en día abundan personas depresivas por sentirse en soledad. A veces aun estando acompañadas.
Como les vengo diciendo en varias de las notas anteriores, no es cuestión de echarle la culpa a los adultos que vivimos, sino de entender que siempre estamos a tiempo de aprender nuevas formas de relacionarnos en la pareja y por ende con la familia. Que importante es que los pequeños puedan ver otras realidades en sus hogares. Adultos maduros y dispuestos a dar lo mejor de sí mismos por esa familia.

Y acá quiero resaltar una cuestión, a veces cedemos tanto, hacemos tanto por amor que nos disociamos- separamos-, de nosotros mismos. Debe haber un equilibrio entre el amor propio y por los demás. En ocasiones, pasamos años esperando a que la otra persona cambie y la cosa no funciona así. Si no hay un interés genuino de ambas partes por mejorar, la relación no va a cambiar.
Para que eso suceda, para que haya una transformación en la pareja, debo revisar mi historia familiar, como era la dinámica en mi casa, detectar comportamientos que estoy repitiendo y que no le hacen bien a la relación.
La mayoría de los conflictos se dan, porque venimos de familias y costumbres diferentes y cada persona busca seguir con las tradiciones familiares por ej: ir juntos a todos lados, comer a cierta hora, las mujeres se encargan de los hijos y la casa y el hombre trabaja afuera o viceversa, tener relaciones sexuales de una manera, quien paga los gastos o cómo se dividen las cuentas con la pareja, etc.

Todos traemos modelo de vida de manera inconsciente, y esos dichos que les mencioné al principio, películas, novelas y canciones – en su gran mayoría de engaños y sufrimiento-, dibujitos, fueron quedando en nuestro registro mental. Nuestro gran desafío como adultos, es desaprender esas formas de vincularnos.
Todos alguna vez buscamos o preguntamos el significado de estar enamorados.
Cuando estamos enamorados, se disparan un montón de químicos en nuestro cuerpo- alguna vez escuchaste la frase “hay química entre los dos”-, y estas sustancias hacen que se distorsione la realidad, es decir, vemos lo que queremos ver. Por eso, después de un tiempo, decimos que las personas cambian y la verdad es que recién ahí los vemos como son. Porque en su momento nos imaginamos o veíamos a esa persona con nuestros ojos, la idealizamos, y eso hace que dure el efecto, por un tiempo del enamoramiento. Dura unos pocos meses, hasta que nos damos cuenta que hay que vivir, como dice la canción de Calamaro “No se puede vivir del Amor”.
Algunas de las preguntas que te hice anteriormente, decía si eras contenida o contendido por tu familia, si te escuchaban y daban valor a lo que hacías. ¿Sabés por qué te pregunto? porque es ahí donde empieza nuestra distorsión o confusión.
Como nuestros papás y mamás, no nos valoraron y demostraron Amor –a ellos les pasó lo mismo-, creemos que no somos valiosos, que lo que nos sucede no es importante, que no merecemos que nos quieran o que nunca tendremos a alguien que nos comprenda de verdad. El tema acá, es que muchas veces, ni nosotros sabemos lo que queremos, cómo queremos que sea nuestra vida, como les dije, seguimos repitiendo esos patrones aprendidos y vivimos de manera automática, pensando que ya no hay solución, decimos: él o ella, ya son así. Y lo cierto es que a medida que vamos creciendo, también se modifican nuestra forma de pensar, sentir y actuar, por lo tanto, a mi entender hay que hacer nuevos acuerdos. Para darte un ejemplo, ¿qué pasa cuando tu celular se está quedando sin batería?¡¡corres en busca de un enchufe!! Nos sea cosa que quedemos incomunicados. ¿Haces lo mismo con tu pareja?, ¿buscas la manera de energizar esa relación?¿buscan nuevos proyectos juntos?¿buscas conocer los gustos de tu pareja? O ¿seguís esperando que se adapte a los tuyos?
Si no es así, es posible que caigan en la monotonía, en la rutina, uno de los desafíos por superar, con el cual deben lidiar las parejas que llevan juntos varios años.
Al comienzo les hablaba de la necesidad, alguien que tape la soledad. Y esto sucede porque no nos conocemos y no sabemos el valor que tenemos.
Para no caer en relaciones disfuncionales, debemos tener mucho amor propio, conocer cuáles son tus miedos, tus limites, los no negociables en una pareja, tus gustos, tus proyectos o planes a futuro- estos son muy importantes porque te mantienen activa/o-, cuáles son tus heridas emocionales, etc.
Yo le digo heridas emocionales, porque duele. Si pienso y me acuerdo de ciertas situaciones de mi vida, me duele. Pero cuando comencé a interiorizarme en el mundo emocional, me di cuenta que eso se debe a la manera en que pienso, de mi interpretación de las cosas. Tenemos el poder de revisar y transformar esa percepción de las cosas. Como dice Estanislao Bachrach en su libro “Zensorialmente”, “Pero ojo, tenés que ser consciente de que toda área de tu cuerpo que aún no has descubierto, y te dispongas a hacerlo, puede ser lugar de potencial incomodidad. Y estas molestias pueden manifestarse no solo en el cuerpo, sino también en tu mente, tus pensamientos. (pág 27).
Les recomiendo ver la serie en Netflix “Machos Alfa”, una mirada sobre los diferentes tipos de relaciones de parejas, donde nos invitan a reflexionar sobre lo establecido y nuevos modelos de pareja.
“El buen Amor acepta condiciones que lo fortalecen y lo hacen saludable, es imperfecto y permite negociar y corregir, es recíproco” pág 118
“No hay peor soledad que la soledad de a dos”. Pág 130.
“El compromiso es un acto de entrega que despoja del egoísmo y se sostiene en la alegría de dar. El amor es un don: no se compra ni se vende, se da.” Pág 228.
Frases extraídas del libro “El Amor real huele a tostadas” de Patricia Faur.

En éste 14 de febrero te invito a que te pienses, te elijas y busques tu bien-estar. Si estás en pareja, vuelvan a recordar que los une, que los mantiene juntos, ¿qué te gusta y agrades de tu pareja? ¿qué cosas quieren modificar que los lleve a estar más felices?¿qué nuevos acuerdos hay que hacer?
Y si estas soltera o soltero, es una hermosa oportunidad para comenzar a trabajar en vos, en tus inseguridades, en tus miedos, conocerte y aceptarte en todas tus dimensiones. Vas a ver que, al principio, no sabés por dónde empezar, la clave es la paciencia. De a poco, sentite y fíjate que tenés ganas de hacer. Enfócate en vos. No digo encerrarte y quedar en el dolor, sino prestar atención a lo que vos querés y necesitas en cada momento. Una linda manera de empezar es hacer eso que tanto te gusta hacer, tal vez un curso de baile, hacer manualidades, pintar, escribir –también sirve para ver tu evolución-, hacer algún deporte, estudiar algún idioma, viajar, etc. Eso te conectará con tu interior, comenzarás a volver a vos y te dará recursos para que el día que encuentres a alguien, formes una relación por AMOR y no por necesidad.
PD: la foto. Una de las cosas que tenía pendiente era viajar. Así que me empecé a regalar viajes.

Paula Vera
Docente-Coach
Instagram @Sentir._ok