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Río tranquilo, perdida de pescadores

Ago 18, 2019

En virtud de los resultados de las elecciones primarias llevadas a cabo en todo el país, el panorama ofrece varias lecturas que, sin ser especialistas politólogos, de todas maneras, exigen de toda nuestra capacidad de análisis para interpretar no tanto los resultados, sino sus consecuencias inmediatas y directas.

Lo primero que se piensa es si “los mercados”, entendiendo que están compuestos por todo el sector financiero, realmente son tan sensibles como para desestabilizarse ante una elección que no erige ganadores concretos para ocupar cargos definitivos, es decir, si una elección interna simultánea, como son las PASO, puede generar la debacle que provoco de manera inmediata, en el país. ¿Podríamos hacer el ejercicio de pensar, que hubiera pasado si cada fuerza política hubiese realizado su elección interna de candidatos puertas adentro de sus partidos, se hubiera producido una corrida cambiaria posterior?

Coincidiríamos mayoritariamente en que no.

Daría la impresión de que los mecanismos financieros funcionan con tal precisión que son capaces de mover el suelo mismo en que caminamos y esto es más preocupante que cualquier resultado electoralista. Es como si “los mercados” no fueran una entidad, sino que respondieran a voluntades especificas con el poder de discernir sobre el valor de cambio de monedas extranjeras como así también, de la cotización de bonos del país. Pasado el vendaval del escrutinio provisorio, y con un dólar que amaneció malhumorado e inquieto el día posterior, se aprecian dificultades para conseguir algunos productos básicos de la canasta, que salieron de circulación ante la incertidumbre del precio a marcar (por parte de los comerciantes) y alzas en otros tantos que si se consiguen. Con reflejos hábiles, en cuanto a velocidad más que a efectividad y como paraguas todopoderoso, surgieron un conjunto de medidas con grandes ofertas en cuanto a acciones de gobierno que buscan ofrecer paliativos a la crisis, incluyendo congelamientos que el sol descongeló al atardecer del mismo día y esperando que las demás medidas sean eficaces durante unos meses al menos, porque nada se habla como definitivo.

El salvavidas llegó cuando muchos de los que naufragaron ya están muy lejos, mar adentro.

En un país con altísimas tasas de interés para inversores no productivos y pocos controles para entrar en esos juegos especulativos, el desarrollo no tiene espacio para crecer ya que las ganancias de la llamada “timba financiera” generan mayores dividendos que los que se pueden obtener mediante la inversión en un emprendimiento fabril que produzca y cree puestos de trabajo y, por lo tanto, no es un destino atractivo para aquellos que buscan multiplicar capitales rápido y sin complicaciones. Quizás un posible cambio de gobierno implique mayores controles en ese sentido y tranquilizar el río es justamente lo que las grandes corporaciones no quieren ya que, sabido es, que las ganancias se dan en el río revuelto. De todas maneras, nos movemos dentro del campo de lo hipotético ya que futurología no se puede hacer, aunque lo que si se puede interpretar sin lugar a dudas, es que los resultados de las PASO asustaron a sectores muy poderosos que estarían incluso por encima de nuestros gobernantes nacionales y sus frustraciones exitistas.