• 29/04/2024 04:51

Discapacitado e indocumentado, permanece casi a la intemperie en B° San Miguel

En el Barrio San Miguel hay una familia que clama por ayuda para un hombre, aparentemente de avanzada edad, discapacitado, que, postrado en una cama, está casi a la intemperie. Se llama Adolfo Salustiano Kiñuti. Su familia dice que tiene 59 años pero no posee documento ni puede hablar, por lo que sólo se deduce la edad.

Jorge Ramirez, es el cuñado, también mayor, igual que su esposa y otro hermano de Jorge. Todos viven en una casita pequeña de la calle 1 del Barrio San Miguel. En algún momento intentaron construir una pieza contigua para albergar a Salustiano, pero su condición económica, los 4 son personas mayores, tareferos, impidieron seguir con la obra.

A Salustiano, hace 3 años le trajo una hermana que así lo encontró en San Vicente, dicen, en un Hospital. Su actual cuarto apenas tiene dos paredes, unas chapas de techo y lonas y ladrillos sueltos que intentan tapar el viento y la lluvia.

“Una cuñada le trajo de San Vicente donde lo encontró en este estado, lo trasladaron acá y nosotros no tenemos ni podemos, tenerlo. No tenemos condiciones ni situación económica para eso”, contó Jorge al Aire de Integración.

Lo que debieran ser paredes, son lonas

Su esposa y hermana del hombre discapacitado e indocumentado, también tiene problemas de salud importantes.

“Dónde está la ley del discapacitado, por qué no se cumple”, se preguntó Jorge al tiempo que añadió “hablé con Ricardo Zacarias del Ministerio de desarrollo social de nación y me dijo que el municipio tiene recursos que es para personas que cuidan a discapacitados”, remarcó.

Luego, añadió que “la municipalidad  vino como 3 veces y compromisos hubo, pero sólo nos da una bolsita de mercaderías, no hay ayuda para que podamos terminar esa pieza. Nosotros no podemos hacer más, mi señora tiene muchos problemas de salud, yo tarefeaba pero hace 2 años no puedo salir a tarefear porque ella no puede con él”, remarcó.

Otro aspecto de la «vivienda»

La situación social es desesperante. El hombre yace en un colchón viejo, con algunas cobijas pero con todo el frio y la lluvia que ingresa en todos lados, lo que a su vez permite una humedad constante en una situación de salud que urge tratar.