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Reflexiones entre equívocas y univocas: Realismo mágico (Por Juan Oviedo)

Nov 24, 2023

Ellos, ahora, hablan de “resistir”, pero ¿desde dónde ellos habrán de resistir?, ¿desde las banderas que los llevaron a perder por 11 puntos?, esas son las banderas, del discurso, del relato, como dijo un integrante del partido perdedor “Ni Malvinas, ni los desaparecidos, ni la Thatcher, ni la dolarización, ni el medio ambiente”, nada de eso tuvo efecto ni la demonización sistemática que se le ¡propino! al hoy “elegido presidente” Milei, la racionalización del “camino de la mula” que significo militar en la calle, repartir boletas, difundir adhesiones, embanderarse o sea, hacer “siempre” lo mismo, fue insuficiente, no
alcanzó.

Esa racionalización en curso del espectro político buscara respuestas en las “clásicas” recetas tales como -elevada inflación, altos grados de pobreza, rabia, descontento, voto castigo etc.- ¡bah!, son hechos de todos los años, pero la causalidad que se le atribuye a la hora de poner el voto, ahí, no puede penetrar, porque podemos concebir como -realismo mágico-, el espacio donde anida el voto que “llevo” a Milei a la presidencia. Que lo torna un -no escenariopropicio para la razón, porque escapa a sus leyes, la razón muy consciente al principio de -no contradicción- jamás podrá postular al “fracaso propio” como fundamento de la “victoria propia” o la “victoria del fracaso” que no es victoria a lo Pirro, sino del representar de la no representación.

¿Cuál es el fracaso?, que los dos partidos clásicos desde 1983 en adelante, cuando fueron gobierno en el país, no aportaron soluciones y esa representación fue utilizada para posicionar legados partidarios y una recta en declive, y eso es el “escenario” invisible donde se incube el caos destructor de la representación en la -no esperanza-, ante el “absurdo” que significa empoderar a sujetos para operar tras la –particularidad- pero con el discurso de las –mayorías-, del ¡demoler deconstructivo! que dice que el soberano -no es- quién vota, sino que esa soberanía está en “otra” parte, claro, son pensamientos profundos con ciertas cuota escéptica, anarquista, existencial y nihilista, lo que implica sujetos con alta conciencia política, pero ¡no!, la casta fue quien los ¡incubó! a ellos durante cuarenta años en lo más profundo de lo que ahora son, desprecio, asco, repugnancia por los que les vienen haciendo, no al país, ni a la república sino a “ellos”, porque ellos son los sufrientes de la política ante la burla del político durante tantas décadas.

Y eso es lo que la racionalidad “no” entiende, la independencia entre política y político, ese representante que lo tuvo invisibilizado durante “largos” años, políticos preocupados en llenarse de partidarios y del folclor triunfalista, agentes del fracaso como son las recetas efímeras y -espejitos de colores- que significa detener un “poquito” la inflación, otro poquito de poder adquisitivo y otro poquito que no “trepe” el dólar, tal los -espejitos de colores- que los astutos ejercen y potenciar el imaginario de la “representación”, ¡institucionalidad partidaria!, y junto a muchos otros oportunistas, apostar al significante de la “democracia” como algo sin igual.

Pero ¿quiénes son esos invisibilizados desde siempre y solo visibilizados en los discursos electoralistas?, ¡ah, sí!, los que seguramente en las próximas elecciones -no voten- a Milei, ni tampoco se los debe confundir con independientes, son los ¡desheredados! de la tierra argentina, creciendo en taperas, villas miseria, compartiendo con las ratas de la ciudad el dormir en la calle, con pies y muñones mugrosos, moscas alrededor, sin odio ni resignación, ahí, entre el limbo donde trascurren sus días, se reproducen, olvidados como a los wichis y otros más, bueno, -esos, ellos, ahí-, por la paradoja del sistema electoralista, deban votar o los electores del -realismo mágico-, al cual ni siquiera la racionalidad los tenga en cuenta.

Bueno, ellos crecerán, se reproducirán, meterán miedo porque no serán corrompidos ¡no por tener valores!, sino por no poseerlos, y a los ya señalados se les agregue los hijos de los reformatorios, las cárceles, lo penales, ellos serán quienes “saquen y pongan” a los astutos de siempre u oportunistas de turno, sin bombos, ni banderas con el asco de por medio, provocado por -unos y otros-, esos a los que la “racionalidad” no puede visibilizar, en la condición apolítica de la representación por ser víctimas directas del político, experimenten el drama de la política de la necesidad.

Ellos votan la -no representación-

Juan Oviedo