
Un gobierno -no es- pueblo porque pueblo no es uniformidad ni es verdad, pueblo es un significante de los muchos que hay para ser “utilizado” según las conveniencias políticas de turno, ¿recuerdan ustedes el -Dios así lo quiere- del medioevo?, bueno, eso ha sido reemplazado por el -pueblo así lo quieres o el pueblo nunca se equivoca-, entonces, ¿cuál es el valor de ese significante?, el hacerle “decir” cosas de acuerdo a quien lo utiliza, por supuesto, debe existir la otra parte que haga pertinente el apelar a ese significante, se trata de los crédulos ante tales palabras esas que suelen “acompañar” a la de pueblo, nos referimos a resistencia, revolución, victoria, unidad, imperialismo, Latinoamérica etc.
¿Qué nos lleva a la presente cuestión?, la siguiente noticia del portal “Infobae” donde afirma que -Madres de Plaza de Mayo apoyan al gobierno de Venezuela y la investidura de Maduro- aseverando que “Los pueblos debemos estar decididos a construir nuestro propio destino y en América Latina es esencial la presencia de una fortalecida Venezuela con su pueblo activo para la tan esperada unidad Latinoamericana”, y concluir con un recordatorio a la anterior titular de la organización Hebe de Bonafini fallecida en 2022 y con el saludo: “¡Vivan los pueblos latinoamericanos! ¡Viva Venezuela!”.
Entonces, si hay un régimen, entonces, se posicione la cruzada de la libertad, si hay chavismo, también un anti chavismo, y en ambos lados, ¡el pueblo!, y ahí, los patriotas y los anti patriotas, los leales y los traidores, ahora bien, si esto está a las claras se trata de algo que se viene repitiendo y reiterando durante -décadas y décadas-, estos significantes y estas credulidades en toda Latinoamérica, con países “afectos” a tales cuestiones, siempre favorecerá a quienes se posicionan como representantes de ese significante, avalados por el sistema de la cuantificación, “sin” filtro alguno posiciona en el Estado la gestión,
determinación y autoridad de quien presida, bueno, esos representantes son los que ganen y logren perpetuidad etc.
¿Y el pueblo con ellos no?, como es tan clara la -no uniformidad- de pueblo, que esos que lo integran se tornen militantes de partidos opositores según la conveniencia particular que los aglutina, porque el “sujeto” pueblo es un –trabajador- y esa sea la línea más vulnerable de toda una sociedad, el laburante obligado a desempeñar funciones que -no quiere- y de hacerlo, con un sueldo que no estipula, entre el patrón y el sindicalista, “ambos” lo exploten, lo que muestra a las claras su grado de indefensión, por lo cual de lo más débil no puede nacer o emerger nada ¡fuerte!, siendo la representación o sea, el astuto político, el último espacio que lo habrá de explotar, bueno “eso” es el pueblo y la burla se consuma con ese sujeto que ¡se lo cree!, tal cual lo definen otros, porque la definición -no es- acerca de lo que ese sujeto “es” como individualidad, ahí, nadie mejor que cada uno para saber quién -se es-, la definición de los terceros posea esa distancia respecto a la mismidad, y se acerque a algo que lo excede, se trata del ámbito público, espacio que el -astuto representante- maneja como nadie.
¡Ojo!, si renuncia a la subjetividad será “domesticado” como pueblo.

Juan Oviedo