Posadas en óptica hegeliana dos
Delimitado el -amo y el esclavo-, éste último mantiene, entonces, al amo, así, uno está junto a lo que tiene y le es “facilitado” por el trabajo del otro; es el señor viviendo con la restitución de la falta y gracias al trabajo del otro, quien se ve obligado a ello por su temor a la muerte.
Al siervo le falta lo que su principio de realidad le muestra: el valor para jugarse la vida y estar dispuesto a perderla. ¿Qué deseó el siervo? No haber perdido en la apuesta; no tener que haber experimentado algo que -no fue- capaz de ver con antelación. Por ello, ahora su principio de realidad viene dado por la posición del amo; éste le muestra su deseo de no querer morir; también lo que, de algún modo, nunca será.
Pero el esclavo “trabaja” y en eso comienza a adquirir una capacidad de transformar la materia, mientras, el amo, simplemente vive de lo que -el esclavo- produce, pero con el sudor de uno y la molicie del otro las cosas se van transformando, porque quien termina de depender del esclavo va a ser el amo y aquel, en posesión de un saber y un hacer termine por adquirir su -autoconciencia-.
¿Y esto que significa?, que el trabajo tiene la virtud de elevar la conciencia del trabajador hasta la conciencia de su libertad, que se ve a -sí mismo- bajo las condiciones de opresión y violencia, y se reconoce como ser humano, el trabajo humano ha servido para elevarlo a nuevas fases hacia el autoconocimiento de lo Absoluto.
Entonces, ¿cómo se posiciona lo señalado en Posadas?, sin lugar a dudas que “Posadas crece de cara al rio” (1), aparte de ser una definición publicitaria lo sea de hecho también y forme parte de un paradigma de crecimiento urbano promovido por el gobierno provincial, focaliza en la costanera el núcleo de muchos y variados fines en los que se destaque el comercial sujeto a intereses locales, entonces, desde la señalada dicotomía ¿quién es el amo acá?, son los que hoy están manejando el -negocio- inmobiliario y comercial. pero los amos de hoy fueron esclavos en algún momento en su ayer, lo que posiciona un “entrecruzar” de intereses que “ocultan” el sentido de servidumbre entre -unos y otros- entreverado con el poder político en esta ciudad.
Aquel ayer de esos emprendedores sea “distinto” al hoy de los actuales, inicialmente sus bases de operaciones suceda en sus propios barrios, con una variedad de rubros tales como gastronomía dulce y salada, textil, barbería, peluquería y manicuría, los posicione como cuenta propista y atentos a la próxima idea brillante a surgir, ellos ya has superado el “estadio” de la mano de obra barata, sea del rubro que sea, y se han transformado en una fuente de innovación y modelo a seguir en el propio terreno que habitan y desempeñan, la base del -nuevo deseo- se incube en los barrios posadeños y la respectiva dialéctica.
Siguiendo con Hegel, la perspectiva señalada de amos y de esclavos se da en el tránsito tras la propia autoconciencia (2), ahora, de situarnos en lo concreto de Posadas, nos determine una cadena inquebrantable de trabajo, control y vigilancia de sus inversiones por parte de otros “distintos” emprendedores, se trata de sujetos activos denodadamente y autoconscientes como amos.
La autoconciencia -de si- les dice y les muestra que deben estar satisfecho de «lo que son por lo que han logrado», el esclavo no solo es la alteridad social de la necesidad, sino que se halle en el círculo de privilegios que implica ser un subordinado y “visibilizado” por el amo, porque amo y esclavo están ligados en ese ámbito de la competencia feroz por el reconocimiento del otro y que solo el ¡éxito! primero, y la subordinación después, pueden otorgar.
Lo que determina que -no hay- una sola Posadas, sino que hay otras, la urbana con su centro neurálgico de comercios y edificios oficiales, después, un casco urbano que se ensancha conformando y perfilando la vieja parte de la ciudad, una periferia con su cantidad de barrios sumidos en la marginalidad y pobreza, y ¿el esclavo está aquí?, ¡sí!, pero este no tuvo miedo, sino que fue situado históricamente al sufrir la herencia de la “desigualdad” que reina a lo largo y a lo ancho de la tierra misionera.
El amo y el esclavo, son determinaciones de una cadena extendida temporalmente en esta Misiones, así, el amo de hoy pudo estar bajo otro amo que lo tiranizo y así, lo esclavizó, tal es lo que sucede en las cúpulas de poder, subordinar al otro y el subordinado lo reconozca amo, este enfrentar sucede entre aquellos que mejor están acomodados en la cúpula del poder, la dialéctica filosófica convierte en lucha de -clase burguesa- a este fenómeno de la autoconciencia.
Así, el trabajo en la dialéctica de Hegel es un despertar del esclavo camino a su autoconciencia, ahora, contextualizados en Posadas hallamos una mano de obra que -no participa- de esa dialéctica, sino que solo estará al servicio de los hechos que determinan su condición de esclavo, es la -mano de obra- que construye la costanera y colabora indirectamente con el perpetuar de los amos.
Pero, entonces, ¿qué debemos decir del resto de la población?, si la lucha está dada en ese nivel alto de poder y no olvidemos, lucha cuyo trasfondo implica una autoconciencia ¿qué queda para el resto y su posibilidad para que ellos también sean autoconscientes de si?, hablamos de trabajadores, jornaleros, changadores, peones etc., ¿qué hay de ellos que no participan de la misma posibilidad dialéctica?
La paradoja nos dice que estas personas si bien trabajan, no determinan su hacer ni su función, sino que les -son dadas- y por ello, le quiten la posibilidad de un saber transformador material o transformen la naturaleza, por el cual quedan sumidos en una estado de cosas y pasen a ser -parte- de la “coseidad” (sistema de cosas), por el cual el nuevo movimiento dialéctico de éstos, pivote en el reconocimiento como trabajador y superar su condición de esclavo, pero tal reconocer no lo será desde la condición material del hacer sino acerca de lo que ellos como personas son, porque ¿qué son ellos?, un aspirar y en esto, punto de inicio de la nueva dialéctica.
Porque este “esclavo” como desclasado participe de una formalidad que le otorgan los derechos, de poder acceder a todo, pero la -desigualdad- le quita el ejercicio de todos los derechos que lo formal sitúa y lo fuerce a poseer su -íntimo- deseo, ser un trabajador y no un “ser” digitado para un hacer para solo ganarse la vida, la autoconciencia consista en ser trabajador, si bien actuar conforme a una naturaleza “digitada” por el amo, no hacerlo como esclavo funcional a todos los requerimientos del amo, por el cual el eje de la -nueva autoconciencia-. el absoluto seria en Hegel, mientras que hoy en Posadas, la del esclavo
aspirando a ser trabajador.
Entonces, esta segunda dialéctica entre el esclavo y el trabajador ¿cómo se plasma en Posadas?, no en la lucha del crecimiento edilicio ni de los negocios como fue la primera propuesta, sino de pasar a una mano de obra de trabajo informal y otra de -trabajo formal-, un ejército en busca de “subsistencia” diaria por trabajo en changas o de lo que sea y otra, con un salario fijo todo el año, reconocida y con plenos derechos laborales, sociales, y desalojar de una vez por todas, esa mano de obra contratada -en negro- cuyo eje de su accionar anida en los barrios pobres de Posadas, sin poder aspirar a otra cosa, esta es la nueva dialéctica posicionada en la ciudad.
Lo que determina el desenredar histórico imaginado en Hegel hacia un “evolucionar” a través de la autoconciencia de los sujetos, pero si nos situamos concretamente en la ciudad, un sentido de lucha y tensión habiten en las “distintas Posadas”, del centro, la costanera, los barrios marginales, lucha y tensión que redunden en un mudar, la del esclavo “devenir” trabajador de las zonas pobres y vulneradas en los alrededores de Posadas, y no solo como acto de supervivencia, sino adquirir nuevos sueños, ser «emprendedor».
Pero los sueños soñados, solo existen en las mentes, por lo cual ellos se deben divulgar y patentizar, hacerlos presentes y aquí, es la hora de la creación artística y cultural en Posadas, en su música, poesía, pensamiento, literatura, videos, charlas, debates, y encuentros a delimitar, una cultura delineando, sutilizando y reflexionando, superar ese estado de naturaleza por una autoconciencia y su destino mayor, lo posible.

Juan Oviedo
(1) En «Conflictos y tensiones en la ocupación del suelo en Posadas Misiones, Argentina: procesos de
diferenciación». Pág. web: http://www.oetec.org/informes/yacyreta250214.pdf (en línea)
(2) Hegel define la conciencia independiente como la conciencia que es para sí y la conciencia dependiente como la conciencia que es para otro. El siervo representa el ser para otro en cuanto trabaja no para sí mismo sino para el señor; mientras que el señor representa el ser para sí en tanto el siervo trabaja para él. Ocurre lo mismo en el moderno capitalismo: el capitalista es una conciencia que es para sí, mientras que el trabajador es una conciencia que es para otro. Umpiérrez Sánchez, Francisco, Señor y siervo (Leyendo y entendiendo a Hegel), en Pág. Web: www.lacavernadeplaton.com › articulosbis › hegelsierv… (en línea)