1-2 Posadas en óptica hegeliana
Desear algo provoque una fuerte movilidad para lograr eso que -se desea-, los fenómenos del desear pueden explicarse psicológicamente, pero también, parte de un engranaje “dialéctico” e inicio del siguiente juego superador, que la ausencia de conciencia, se la posea como tal para después, pasar a una autoconciencia, las etapas serían, falta de conciencia, conciencia y autoconciencia, donde el deseo es central en tales pasaje, ahora, situemos ese deseo en algo concreto como puede ser un trabajador que vive en Posadas, Misiones. Hay diferentes tipos de trabajadores y situaciones como son el “estar” en negro o blanqueados, víctimas de latifundistas, explotados, bajo la presión meritocrática etc., donde el deseo será superar tales momentos angustiosos de pobreza, pauperización, marginalidad y para ello, será preciso lograr un reconocimiento del “otro”, he aquí la base de la dialéctica del -amo y del esclavo- de Hegel, planteo más que pertinente para aplicar.
Pero debemos -aclarar algo-, no existe un plano “concreto” del planteo hegeliano, porque se trata de una abstracción y por ello, deja de lado lo real histórico, no obstante, decidimos posicionar e inscribir su dialéctica como parte de un proceso necesario para explicar filosóficamente a Posadas “Fenomenología del Espíritu” es una obra monumental de Hegel, con un juego dialéctico defondo y consistente en lo siguiente: cuando la –conciencia- aplica su supuesto saber del objeto a éste, el objeto muta y a partir de allí, se constituye otro saber, y así sucesivamente, la dialéctica de la Fenomenología, es eso, dicho muy brevemente es un tránsito al trascender de una cosa a otra.
¿Y por qué tiene que progresar esa conciencia que muchas veces pareciera que se va a quedar estancada?, porque su movimiento es teleológico, ahora ¿y por qué apunta a una meta? porque esa meta ya está realizada. Lo que hace la Fenomenología es reconstruir por un camino de conocimiento algo que se ha dado -históricamente- por otro camino, como espíritu de mundo, así “Por lo demás, la dialéctica del amo y el esclavo no es un momento que ustedes vayan a poder situar históricamente, eso no pasó nunca en esos términos, no hubo un momento en el cual hubo un amo, hubo un esclavo y uno sometió al otro. Planteado así, es una abstracción. La dialéctica del amo y el esclavo uno la puede encontrar como momento analíticamente aislable en toda experiencia civilizatoria, pero no corresponde a un momento
determinado» (1).
Entonces, necesariamente la conciencia tendrá que progresar hasta superarse como conciencia y determinarse finalmente como Espíritu, entonces, como ya lo hemos señalado, la dicotomía del -Amo y del Esclavo- implique cierta alegoría hacia esa nueva forma de conocer, tras la emergencia de la autoconciencia, flamante figura del saber o el saber de -sí mismo- y su pertinente expresión mundana, “superación” y desde ahí, nuevas instancias a vivenciar. Considere usted lo siguiente, esclavo, siervo de la gleba, trabajador, emprendedor, capitalista, banquero, sujetos poseedores de la próxima idea brillante o nuevo invento, el colaborar beneficioso tras un resultado final como medida del éxito, pero la presente narrativa es una historia de dominio y superación del sujeto posadeño, bajo los estadios iniciales de su
supervivencia el cual “supo” sobresalir de la contingencia por ser ¡ruptural! respecto al estado de las cosas.
Pero primero, ¿cómo deviene esta dicotomía entre el amo y el esclavo?, como señalamos se inicia con una condición elemental y es la del “deseo”, dos personas desean, este deseo es distinto al deseo del animal que por razones de supervivencia desea cosas materiales, por el contrario, el deseo de estas -dos personas- versa acerca de lo “simbólico”, que no es material, sino el “reconocimiento” del otro y en ello media un sometimiento, pues el efecto del reconocimiento será -someter o ser sometido-.
¿Qué cuentan ambos sujetos o que pueden perder en ese enfrentar?, simplemente la “vida” puesto que esta es un extracto biológico y superada con lo humano pero quien arriesgue o esté dispuesto a “morir” por alcanzar su deseo, ese, se posicione mejor ante el que -no esté- dispuesto a perder la vida, fácilmente uno puede determinar que el “emprendedor” de la forma que sea, es el que se arriesga, y quien piense solo en la vida, será -un conservador- respecto al otro y quede subordinado al estado actual de las cosas, ese será el “esclavo” del otro, cuyo deseo sobrepasa cualquier grado de temeridad. Aquí, el amo está dotado de cualidades emocionales que lo determinan ganador y resulte vencedor, por el cual se convierte en “amo”, el nuevo amo posadeño si bien “nace” en la materialidad del emprendedor se solidifica a nivel simbólico y desde ahí, se ramifique en ámbitos políticos, culturales y sociales. Continuará.

Juan Oviedo
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(1) Maresca Silvio Juan, LA DIALECTICA DEL AMO Y EL ESCLAVO EN EL PENSAMIENTO DE HEGEL
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