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No nos une ni el espanto

Sep 7, 2022

Pasados varios dias ya del atentado a la Vicepresidenta de la Republica, se observan actitudes mas emparentadas a la naturalizacion del hecho que a iniciativas que manifiesten claramente su condena y repudio.

En el plano legal, la Justicia y demas Fuerzas seran responsables de investigar a fondo el incidente y de tomar las medidas pertinentes que ameritan tamaño caso. Mas alla de esto, es competencia de toda sociedad democratica, la condena y el energico repudio ante un hecho tan violento y con tan pocos precedentes en el pais. Las existentes diferencias ideologico partidarias del arco politico, no pueden ni deben estar por delante de un intento de asesinato de un mandatario o funcionario publico, bajo ningun punto de vista. El silencio en estos casos es ofensivo y grotesco.

El hecho es muy grave y no debe ser tomado a la ligera ya que es uno de los mas violentos de los ultimos 40 años en Argentina. Las voces que alientan el uso de armas de fuego para quien quiera tenerlas, los mensajes que ostentan epitetos y acusaciones no comprobadas con total liviandad, tanto de personas comunes como de comunicadores reconocidos, no hacen mas que incentivar conductas que se encuentran en el limite de la violencia y que quizas no lleguen a un atentado desde esos discursos, pero sin lugar a dudas, fueron potenciados hasta el cansancio por ellos.

Las manifestaciones populares que esgrimen figuras de politicos ahorcados, los insultos groseros y desafiantes a funcionarios en las calles, los editoriales de muchos programas de television que suenan realmente incendiarios junto a miles de posteos agresivos e ironicos en redes sociales, fueron el antecedente perfecto para el consecuente nefasto que se vio esa noche. Es dificil afirmar que esto se veia venir, aunque si se puede asegurar que del nivel de agresion que imperaba no se podia esperar algo constructivo o positivo.

Asombra ver personas y comunicadores que bromean sobre el hecho, politicos que prejuzgan alocada y gratuitamente ofreciendo todo tipo de teorias sin detenerse a pensar que forman parte de la misma sociedad que fue atacada. Este atentado no es un hecho de violencia aislado, no es un robo frente al porton de un garage o una salidera bancaria, esto es un ataque directo a las instituciones de un pais, en la figura de una de sus mandatarias electa y en funciones.

Una sociedad que ataca a sus representantes es una sociedad enferma, es un espacio tan fragmentado que la convivencia puede correr serios riesgos de perder su armonia porque la violencia, en la mayoria de los casos que muestra la historia e ilustra la realidad, escala y crece, si no se toman medidas al respecto.

El clima previo para desencadenar este atentado, estuvo en pantallas, microfonos, manifestaciones y afiches, claramente expuestos En estos momentos el clima necesario para superarlo, no esta o al menos, aun no se deja ver. Se pueden elucubrar todo tipo se conjeturas acerca de lo acontecido pero el repudio no es una opcion, el repudio y la condena no son negociables y ademas, son el paso previo necesario para llegar a la reflexion.

Sabido es que como pais, el amor no nos une, triste es verificar que el espanto tampoco, como diria Borges. La paz social es una responsabilidad colectiva y es un bien comun, mientras ese concepto no se arraigue en cada habitante del pais, probablemente la reflexion necesaria para tomar las decisiones que terminen con estas conductas, se vean opacadas por comentarios y memes y jamás lleguen.

Joselo Martinez (Periodista, docente)