Con cuatro merenderos funcionando y un comedor, el grupo de Acción católica, bajo el liderazgo del sacerdote Fabián zyszkowski, trata de paliar la acuciante necesidad de alimentos y contención de muchas familias de recursos escasos. La problemática creciente vinculado a ello, es el consumo de sustancias.
«Aparte de los merenderos abrimos un comedor, y buscamos vestimentas, zapatos, trabajo y ayuda espiritual», dijo en forma campechana-como se lo ve siempre- el sacerdote Fabián. Consultado sobre la labor explicó que «todos los que somos Iglesia estamos llamado a dar caridad, no lo que me sobra sino lo que somos. Tenemos un merendero en Villa Martos con 60 chicos y en Barrio Escondido otro, allí,con un hornito donde la gente hace pan casero para vender y solventar la merienda y comedor. En Barrio sapucay, tenemos ahora una feria de ropa, se vende a 30 pesos la prenda y 50 el zapato y con eso solventamos el almuerzo en el comedor que funciona en la casa de un vecino. Ahí tambien funciona un merendero y otro mas en calle Finlandia en la capilla del buen Pastor, donde elmuerzan una vez a la semana tambien algunas personas», comentó quien muchas veces cocina en la gran olla que dispuso en ese lugar.
La falta de comida, de asistencia sanitaria, de acompañamiento se traduce en violencia muchas veces. Todo esto se hace visible en muchos barrios. «Tratamos de ayudar a los niños sobretodo, pero tambien ahora a su familia, porque hay pobreza estructural que tratamos de cubrir, vemos la necesidad de ayudar con las adicciones a los jóvenes sobretodo, que necesitan una oportunidad y no la tienen. Pedimos a las mamás ayuda, muchas se encargan de cocinar, de preparar el lugar y digo madres, porque en gran mayoría los padres están ausentes», aseguró el cura al Aire de Integración.
Dijo que «tratamos de dialogar con los padres sobre los hijos adictos, tenemos taller de lectura para gente analfabeta, de oficios para tener salida laboral o para aplicar a sus propias viviendas como electricidad, albañileria, etc, para darles incentivos», sostuvo.
En cuanto a la ayuda expresó que «tenemos actividad de venta de panes en la Capilla «Divino niño», feria de ropas y colaboración de la gente, que existe y llega con alimentos, ropas, o hasta dinero y medicación, eso es muy bueno y nos alienta», señaló.
Actualmente el universo que asisten son de 160 niños y algunos adultos en merenderos y con almuerzo 45 niños y sus familias. Respecto a la problemática creciente de adicciones indicó que «hay que trabajar de raiz, con la prevención y contención, que es lo que le falta, no tienen lugar en la sociedad, muchas veces en situaciones de abandono, sin trabajo, pasan hambre y lastimosamente la única salida que encuentran son las drogas, que ellos creen les ayuda a olvidar un poco. Pudimos sacar a un chico del barrio sapucay y llevarlo a un centro de rehabilitación donde esta avanzando muy bien, eso nos pone felices, porque está visto que cuando tienen una posibilidad de salir, lo hacen», comentó.
Para aquellos que quieran acercarse y aportar indicó que «estamos recibiendo en la Catedral toda ayuda o colaboración hasta un abrazo, acercándose al necesitado, al que necesita afecto, todo vale», finalizó