«Siempre vemos la miel y no lo que necesitan las abejas para la polinización y posterior fabricación de la miel, la gente usa muchos herbicidas y las abejas que recibieron esto y no las mata, sus hermanas no la dejan entrar a su colmena, por eso hay poca miel. Las abejas viajan cada vez más lejos y se hace muy difícil trabajar con ello», dijo Armando Kreitzel, titular del Consorcio Apícola de la zona centro, sobre la actividad y la preocpación que tienen.
Dijo que «ésta actividad no es la misma cada año, la media nacional de productores grandes, superan los 20 y hasta 60 kgs, nosotros aqui hacemos 15 kgs tal vez».
«La época de cosecha es primavera-verano, en otoño-invierno, debemos preparar sus colmenas y ver cómo alimentarlas, lo que ya resulta una preocpuación, porque lo que ellas ingieren tiene que ver con el sabor de la miel luego», indicó.
También señaló que de por si la apicultura, «no es la actividad principal del apicultor, tiene otros productos o sea diversifica, porque no se vive de ésto. Somos entre 8 a 12 socios, hay gente que deja y otros que se suman para utilizar la sala de extracción de miel. Cada primer miércoles de mes nos reunimos allí, pero cada uno en su casa arregla su cuadro y acondiciona el cajón para la colmena», precisó al Aire de Integración.
